La formación como plato principal
Para la hostelería, la brecha entre formación académica y laboral queda disminuida gracias a la inclusión de estudiantes al mundo empresarial, quienes pueden desarrollar las habilidades que ven en clase de forma realista y seguir aprendiendo.
Según el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, en 2017 España batió su propio récord de visitantes con la llegada de 82 millones de turistas, superando por primera vez a Estados Unidos. Un dato muy significativo que subraya la necesidad de seguir apostando por la formación en el sector de la hostelería.
Asimismo, la creciente tendencia del turismo gastronómico solo hace que reafirmar la importancia de una buena preparación. Como bien indica el II Estudio de la Demanda de Turismo Gastronómico en España, los lugares favoritos de los viajeros en su mayoría son los restaurantes tradicionales (88,9%), y los gastrobares (52,2%).
Prueba de que estos datos son escuchados por los profesores y profesionales del sector, es un hecho que el interés en mejorar los niveles académicos y el I+D ha aumentado durante estos últimos años. Los distintos centros de formación, como universidades o escuelas de hostelería, han creado nuevas titulaciones y promovido las relaciones con centros de otros países.
Nuevas áreas para el desarrollo del alumno:
Las escuelas han colaborado en la profesionalización del sector y es una tarea que continúan fomentando. Las últimas tendencias en formación que ya se están aplicando giran en torno a varios aspectos:
– Enseñanza de nuevas técnicas culinarias.
– Fomento del bilingüismo.
– Desarrollo de nuevas tecnologías.
– Potenciar la investigación gastronómica.
– Dar soporte educacional en administración y dirección de empresas HORECA.
Dicho esto, no es un secreto que conseguir una formación de calidad requiere un proceso de evaluación periódica del profesorado, de los métodos y las prácticas laborales. Sobre este último punto cabe recalcar que el sector de la hostelería ofrece una educación más completa si se culmina con un periodo de prácticas.
En algunos casos, incluso, se facilita al alumnado unas salidas estipuladas durante el curso académico para que vayan observando la realidad laboral que les espera después de la graduación.
Es por este motivo que las escuelas han de fomentar un estrecho contacto con diversos gremios y empresas para poder estar al día de las necesidades del sector, los perfiles más demandados y obtener una radiografía sobre el futuro de la profesión. Esta conexión ha de ser inmediata, algo básico para facilitar la inserción laboral del estudiante incluso, a nivel internacional. El intercambio entre países facilita la fluidez a la hora de hablar otros idiomas y te acerca a otras técnicas y productos muy poco manipulados en el día a día.
A modo de resumen, lo que se busca del nuevo profesional es que posea un dominio de las nuevas tecnologías, tenga conocimientos de gestión, hable diversos idiomas y sea creativo.
Las necesidades del sector
Según un estudio realizado a finales de 2017 por La Viña (Asociación de Hostelería de la Comunidad de Madrid), y ElTenedor, un 75% de los restaurantes encuestados ha contratado entre uno y cinco nuevos trabajadores con la finalidad de dar respuesta al crecimiento del negocio, la renovación de la plantilla o a la necesidad de cubrir nuevas áreas que han ido incorporando a su actividad diaria, como las redes sociales.
El mismo estudio indica que el 70% de las contrataciones fueron dedicadas a ampliar los equipos de sala y cocina. Sin embargo, las necesidades están cambiando y se requieren habilidades multitasking. Cada vez más se buscan perfiles especializados en marketing y asesoramiento en nuevas tendencias culinarias para cubrir la demanda para llegar a nuevos clientes y fidelizarlos.
Beneficios de la continua formación
Una vez el alumno se incorpora al mundo laboral, la formación no se da por acabada. Son muchos los beneficios que se obtienen al tener una plantilla con conocimientos actualizados:
– Correcta atención al cliente, conocer el protocolo y hablar idiomas.
– Gestionar correctamente una crisis para evitar un problema mayor con los malentendidos que puedan surgir con los clientes.
– Conocer el funcionamiento del equipamiento, sobre todo técnico.
– Estar al día de los hábitos saludables, destacando los temas sobre alérgenos e intolerancias.
– Conocer los nuevos productos y tendencias. La hostelería es un sector cosmopolita que integra productos e ingredientes de otros países que nos pueden resultar desconocidos.
A modo de conclusión, el sector de la hostelería es uno de los pilares económicos en España, por lo que resulta de vital importancia ofrecer a los alumnos una formación actualizada que responda a la demanda de los clientes. Para ello, el período de prácticas ayuda a que los nuevos profesionales estén más preparados en su salto al mundo laboral.