Equilibrio entre vida personal y profesional
Los constantes cambios a los que está sujeto el panorama laboral actual se han traducido en un incremento de la competencia y de las exigencias para las organizaciones.
Esta situación puede generar altos niveles de presión entre sus miembros al convertirse en parte de la cotidianidad laboral de éstos profesionales y propiciar así en ellos la aparición de patologías como el estrés, depresión, insomnio o adicción al trabajo. Trastornos en los que el factor emocional o psicológico juega un papel determinante.
Según un estudio de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, el 28% de los trabajadores europeos se ve envuelto en situaciones de estrés.
Esta circunstancia, a la larga, puede crear lo que se ha denominado como Síndrome de Burnout o desgaste profesional: fatiga crónica o ineficacia que, según el mismo estudio, sufren un 20 % de los empleados europeos.
Las consecuencias de este tipo de afecciones son negativas tanto a nivel fisiológico como cognitivo, incidiendo en muchos aspectos del ciclo vital de cualquier adulto.
La mayoría de estas situaciones son causadas por el ritmo de vida actual, que provoca un estado de constante activación, la ansiedad que de ello se deriva o el incumplimiento de aspiraciones laborales y objetivos a largo plazo.
Según el Instituto Nacional de Estadística, el 59% de los trabajadores en España sufre algún tipo de estrés en el trabajo.
Las empresas deben tener conocimiento del nivel de satisfacción de los empleados y hacer una valoración de sus condiciones laborales.
Promover la cooperación, la flexibilidad y el bienestar en general deben ser prácticas habituales de las organizaciones; si el empleado se siente cómodo y realizado psicológicamente, aumentará la calidad de su trabajo y la empresa incrementará su productividad.
Generar un entorno laboral saludable resultará, por tanto, beneficioso para ambas partes: el trabajador mejorará en calidad de vida y la empresa en rendimiento profesional.
Técnicas para prevenir enfermedades profesionales
La clave para prevenir el estrés laboral y los riesgos psicosociales desde las empresas reside en la organización y la gestión del trabajo.
Técnicas como organizar las labores mediante bloques, diversificar las relaciones laborales, recompensar a los trabajadores por un buen rendimiento, favorecer la motivación y la ambición mediante una mayor participación o establecer políticas que ayuden a los empleados a conciliar su vida personal y profesional.
Empresas líderes en USA Y UK como Google o Price Waterhouse Coopers, ya están aplicando técnicas como el Mindfulness, una herramienta que promueve el bienestar en el trabajo a través de la oferta de cursos de meditación dirigidos a reducir el estrés de sus empleados durante y después de las jornadas de trabajo.
En el último estudio sobre Employer Branding publicado por Randstad: ‘Cuando la percepción puede convertirse en realidad’ en el que se revelaban los factores determinantes para los trabajadores a la hora de elegir empresa, un ambiente de trabajo agradable, la conciliación entre el trabajo y la vida privada y la flexibilidad eran algunos de los criterios más valorados.
En busca del equilibrio personal y profesional
A nivel individual, el principal objetivo del trabajador debe ser encontrar el equilibrio entre vida laboral y personal.
Seguir algunas pautas como planificar el tiempo, priorizar tareas y saber disfrutar del tiempo libre pueden ser la clave para alcanzar la estabilidad necesaria.
Llevar a cabo un ocio activo, es decir, que invite realizar actividades con cierta planificación u horarios predefinidos, es una práctica recomendable para no perder el ritmo de vida al que se está acostumbrado, pero exento de las responsabilidades diarias.
De estas iniciativas y estudios se abre un debate acerca de la educación necesaria para el crecimiento profesional y personal.
¿Es necesario que desde edades tempranas se estimule la ambición? ¿Se necesita algún tipo de formación para evitar las enfermedades profesionales?