Conocer y afrontar las limitaciones
Decía Ayrton Senna, famoso piloto y campeón de Fórmula1, que continuamente seguía adelante para aprender de sus propias limitaciones, tanto las físicas como las psicológicas. Era su forma de vida, comentaba.
Senna sabía que, si quería ser el mejor del mundo, tenía que tener un alto nivel de conocimiento de sí mismo y de su vehículo; ser consciente de lo que era o no capaz de hacer lo colocaba en ventaja con respecto al resto de la parrilla a la hora de competir.
¿Por qué es importante conocer y superar las limitaciones?
El ejemplo de éxito del piloto brasileño sugiere que el crecimiento personal nace también del aprendizaje continuo, basado en nosotros mismos y en nuestro entorno. Cuando se busca cumplir con determinados objetivos, aceptar y afrontar los límites existentes aumentará las posibilidades de alcanzar cualquier meta.
En la vida profesional también es imprescindible aprender a identificar todos los elementos que obstruyen el correcto desarrollo de las tareas, tanto en lo que se refiere a las organizaciones como a los trabajadores. Un análisis profundo puede desterrar importantes problemas emocionales y déficits de productividad.
La teoría de las limitaciones de Goldratt
Esa fue precisamente la intención del doctor en Física Elihayu M. Goldratt cuando acuñó su ya famosa teoría de las limitaciones o restricciones (TOC theory) en 1982. Goldratt era presidente de una importante compañía de software y programación de la producción que registraba un gran crecimiento en EEUU a principios de esa década.
Sin embargo, algo no iba como tenía que ir; el joven directivo no alcanzaba a entender el escaso ritmo de obtención de clientes que tenía la empresa, a pesar de los múltiples esfuerzos que estaban realizando en ese ámbito. Investigando lo que estaba fallando, teorizó este método para acabar con sus problemas, ideas que acabaron popularizándose en una novela de éxito: La meta.
Goldratt estaba convencido de que cada sistema de gestión estaba limitado por una serie de “restricciones” que impedían alcanzar mejores resultados.
Su sistema para acabar con todo aquello que no permitía a las organizaciones lograr sus objetivos se basaba en cinco sencillos puntos, que había que seguir a rajatabla:
- Identificar la limitación del sistema.
- Decidir cómo acabar con esa limitación.
- Subordinar todo a ese objetivo.
- Superar la limitación del sistema (elevando la capacidad de producción).
- Si en los cuatro pasos anteriores no se ha acabado con la limitación, volver al paso 1.
Además, en La meta se diferenciaban tres tipos de limitaciones internas:
- Limitaciones de los equipos: las instalaciones y la manera limitada en la que éstas son utilizadas.
- Limitaciones de las personas: la falta de habilidades o de conocimientos concretos de las personas en determinadas tareas.
- Limitaciones de las políticas: la presencia o la falta de políticas y medidas en la empresa (horas extra, descansos, modalidades de venta, etc…).
A lo largo de los años, multinacionales de gran relevancia como Ford, Intel o Samsonite han aplicado la teoría de las limitaciones.
Según un estudio realizado en más de cien compañías por parte de los profesores Balderstone y Mabin, de la Universidad de Wellington, los resultados de esta metodología han sido, en general, satisfactorios y útiles para estas empresas.
Eliminando barreras
Si bien la teoría de Goldratt está enfocada hacia sistemas de producción y puesta en marcha desde la perspectiva de la gestión de empresas, tras su método hay una filosofía útil y sencilla para superar los límites: identificarlos, hacerles frente y trabajar para encontrar la mejor manera de superarlos.
El conocido artista americano Phil Hansen hizo suya esta lógica para poder llegar al éxito.
Durante su época de estudiante en una escuela de arte, Hansen observó temblores en la mano con la que trabajaba; esta enfermedad, que intentó corregir con resultados contraproducentes, le acabó apartando del estudio y de su pasión por el puntillismo durante varios años.
Un día, atormentado por haber abandonado lo que le hacía feliz, decidió visitar a un neurólogo. Este médico le diagnosticó un daño neurológico permanente. Al darle la noticia, añadió también una sugerencia importante: que aceptase su temblor y se pusiera a prueba.
Esta sencilla recomendación fue el clic que necesitaba el joven. Llegó a casa y empezó a dibujar. Pronto descubrió que si adoptaba otro enfoque en el que el temblor no afectase a su trabajo (con obras a gran escala o utilizando otros materiales u otras partes de su cuerpo), podía seguir haciendo arte.
Justo lo que necesitaba: hoy es uno de los artistas internacionales más respetados, y ha podido contar su inspiradora historia en las charlas TED.
La limitación de Hansen acabó impulsando su creatividad y conduciéndola a lugares que nunca habría imaginado en condiciones normales. Cuando aceptó lo que le ocurría, pudo explorar nuevas posibilidades.
Una correcta perspectiva de los problemas y un buen trabajo psicológico ayudan a superar las limitaciones, potenciando los elementos y atributos positivos de los que se disponen.
Y tú, ¿cómo te deshaces de tus limitaciones?