Las relaciones interpersonales y su importancia en el trabajo
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No somos islas y menos en el entorno laboral, que es, por definición, pura interacción humana. Si bien la irrupción de la tecnología ha cambiado notablemente las reglas de juego, seguimos necesitando ejercer nuestras habilidades comunicativas y desarrollar el mejor trato con nuestros compañeros, superiores y demás personal de nuestra empresa.
Veamos más a fondo los ángulos que conforman este complejo pero enriquecedor aspecto de la sociabilidad humana.
Qué son las relaciones interpersonales
Con el objetivo de dar con una definición de relación interpersonal, encontramos el prefijo inter-, que nos habla de un contacto entre dos o más personas, ya sea en el ámbito laboral, la familia, la pareja, las instituciones y asociaciones (incluso clubes deportivos), las comunidades religiosas, etc.
Cada contexto nos brinda un tipo de relación interpersonal distinta y en cada una se establecen códigos distintos, lo que da la oportunidad de desarrollar nuestras habilidades comunicativas. Porque no nos relacionamos igual viendo un partido con una peña que anima a un equipo de fútbol que con los miembros de una junta de accionistas o con nuestra familia en una evento concreto, como por ejemplo una boda.
Como veremos a lo largo del artículo, además de abordar cuál es el fin de las relaciones interpersonales, veremos que este tipo de trato humano es estrecho y activo, demás de tener un efecto en los que participan de esa relación.
Importancia de las relaciones interpersonales
Sin poner en práctica nuestra capacidad de socialización nos convertiríamos en una especie alienada de difícil descripción. Incluso en el reino animal interactúan entre sí, aunque sea de una manera muy básica, hay roles y se comunican. Por ejemplo, una colonia de abejas productoras de miel.
Si bien estos estadios de comunicación son básicos y ‘programados’ por el instinto, los humanos estamos ‘condenados’ a entendernos, a relacionarnos, a dar y recibir información, a aceptar indicaciones y a proporcionarlas, a asumir críticas y a corregir a los demás aquellos aspectos mejorables.
Sin las relaciones interpersonales, no solo se deteriora la base de la pirámide de Maslow, sino que nos alejamos del objetivo de todo ser humano, que es el de alcanzar su integridad, su realización personal y la conquista de sus metas particulares.
Tipos de relaciones interpersonales
Como ya se apuntó, tanto el contexto como los protagonistas de dichas relaciones generan, a su vez, distintos tipos de relaciones, entre las que destacan estas:
- Relaciones familiares. Al venir ya ‘dadas’, los vínculos son fuertes y estrechos y remiten al origen, a la identidad, a la pertenencia. Según una encuesta del Pew Research Center, en España, la familia ocupa un cuarto lugar en prioridad, después de la salud, los bienes materiales y la carrera, mientras que la mayoría de los países encuestados elegían la familia en primer lugar.
- Relaciones de pareja. En este, entra en juego la libertad de elección para formar una relación interpersonal y una serie de compromisos entre ambos que determina su identidad y desarrollo.
- Relaciones de amistad. También se eligen y son claves en la formación de la personalidad en el paso a la edad adulta. En la madurez, forman el núcleo de la vida social, en conjunción con la familia y la pareja, elementos que tienden a actuar entre sí y con los que se busca también el equilibrio.
- Relaciones laborales. Se trata de un tipo de relación personal con menor grado de implicación afectiva y personal pero que, al mismo tiempo, genera un vínculo fuerte al desarrollarse un contacto cotidiano y, a menudo, en situación de estrés. La buena relación entre compañeros de trabajo puede transformarse también en amistad (o incluso en relaciones de pareja), pero lo importante es que estimule a trabajar de modo más eficiente y con mayor motivación.
Relaciones interpersonales en el trabajo
Si pasamos ocho horas descansando, ocho de asuntos propios y otras ocho, como poco, en contextos laborales que median con compañeros de trabajo y superiores, es importante que las relaciones sean fluidas y lo más amables y enriquecedoras posibles. De lo contrario pueden provocar una desafección tal hacia la empresa como para motivar un cambio de trabajo.
Relación jefe-empleado
En concreto, las relaciones verticales, en las que hay una jerarquía, son las más delicadas, con especial atención a la relación jefe-empleado, que debería tender hacia los siguientes valores:
- Reciprocidad. Que exista un relación de jerarquía no significa que se trate de relaciones unidireccionales ni mucho menos de un “ordeno y mando”. Entre jefe y empleado se pueden establecer sinergias y ambos pueden, y es bueno que así sea, aportarse el uno al otro. Si bien el jefe posee más experiencia, el empleado aporta nuevos enfoques y motivación extra.
- Sinceridad y transparencia. Es bueno que no haya secretos entre jefe y empleados y que ambos estrechen su confianza a través de esa relación limpia y abierta.
- Confianza con respeto. La relación jefe y empleado no debe confundirse con las relaciones de amistad que vimos más arriba. Si bien puede desarrollarse afecto o incluso admiración profesional, dentro de un clima de confianza y camaradería, hay ciertos límites que no conviene traspasar. Fuera del estricto marco laboral, en actividades tipo team building o en eventos sociales organizados por la empresas, sí hay margen para una mayor cercanía y distensión.
Importancia de las relaciones interpersonales en el trabajo
Contar con unas relaciones interpersonales buenas en el ámbito laboral actuará como un detonante para que las tareas se cumplan con mayor eficiencia, productividad y motivación. No trabajamos solo por resultados o por una nómina, también nos gusta aportar lo mejor de nosotros a otras personas y recibir lo mismo de los demás.
Unas buenas relaciones, atentas al feedback (aunque no siempre sea positivo), a la mejora constante, al crecimiento en todas las áreas y de todas las habilidades, convertirán el trabajo en un modo de vida que repercute de manera íntegra en nuestra vida, contribuyendo a su plenitud.
Para ello, todos los miembros de una empresa deben ser capaces de desarrollar una actitud proactiva y constante en el día a día, poniendo a prueba su inteligencia interpersonal, con el objetivo de contribuir personalmente a la mejora y mantenimiento de esas relaciones interpersonales.
Dinámicas para mejorar las relaciones interpersonales en el trabajo
Con el objetivo de facilitar unas mejores relaciones entre los miembros de una empresa, el equipo directivo, en colaboración con distintos empleados, llevará a cabo una serie de medidas para generar vínculos que a veces la mera actividad profesional del día a día no provoca.
Ahí se encuentran dinámicas socializadoras dentro del amplio espectro del team building, enfocadas a mejorar la cultura organizacional positiva. Como en cualquier comunidad o grupo, las actividades conjuntas enfocadas a objetivos compartidos no solo generan una experiencia común, un bagaje compartido, sino que estimulan la adhesión e identificación con los valores de la compañía y mejoran notablemente la experiencia del empleado.
Y eso se traduce en mayor proactividad, bienestar laboral y compromiso. Para ti, ¿cómo es la relación con tu jefe?