Seguramente, la epicondilitis sea un concepto nuevo para ti, ya que no es una palabra que se oiga cada día. Pero quizás la expresión ‘codo de tenista’ sí que la hayas oído en alguna ocasión.

Pues curiosamente, esta enfermedad no es exclusivamente de tenistas, ya que, de hecho, es una de las enfermedades laborales más comunes y puede resultar muy dolorosa, llegando a incapacitar a quien la padece temporalmente.

A continuación, desde Randstad, vamos a explicarte qué es, cómo evitar su aparición y, si por desgracia estás pasando por ella, vamos a darte también unas indicaciones básicas para que intentes mejorar las molestias y puedas desarrollar tu actividad laboral sin problemas.

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¿qué es la epicondilitis o codo de tenista?

La epicondilitis, también conocida como codo de tenista, es la inflamación o micro desgarro de los tendones del codo, que termina provocando un dolor en el lado externo de la zona superior del brazo. Aparece, en su inicio, en la zona del codo, pero puede propagar el dolor hacia el antebrazo y el dorso de la mano.

Al principio de sufrir el llamado codo de tenista, el dolor aparece únicamente durante el movimiento del brazo o la realización de algunos gestos en concreto, pero posteriormente puede presentarse incluso en reposo.

Ahora que ya sabes qué es la epicondilitis, vamos a facilitarte más información para que puedas detectarla a tiempo y, con suerte, prevenirla, ya que puede resultar tremendamente molesta. Y en caso de padecerla, puede resultar incapacitante para realizar tu ejercicio laboral habitual.

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epicondilitis como enfermedad profesional

Se considerada una enfermedad profesional porque afecta al sistema musculoesquelético debido a movimientos repetitivos y de hiperextensión que se realizan comúnmente en la jornada laboral. Incluso actividades como levantar un bolígrafo repetidamente pueden desencadenarla. Esta afección surge al realizar el mismo movimiento de forma repetitiva, levantar peso incorrectamente o mantener una misma postura durante períodos prolongados.

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo la clasifica como una de las enfermedades profesionales más comunes. Se estima que afecta al 3% de la población general, siendo especialmente frecuente en personas de entre 40 y 50 años que, tras tanto tiempo de movimientos repetitivos en el trabajo, son más propensas a padecerla.

Alguna de las profesiones más propensas a padecer la epicondilitis son:

  • Trabajadores manuales, tales como carpinteros, fontaneros, obreros de la construcción, carniceros, etc.
  • Deportistas profesionales. Como su propio nombre indica, tenistas.
  • Profesiones que requieran estar constantemente utilizando un ordenador.

Como puedes observar, son trabajos que aunque no todos comparten la exigencia física, sí que requieren realizar movimientos repetitivos.

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prevención y tratamiento de la epicondilitis en el trabajo

Teniendo en cuenta que si sufres de epicondilitis laboral te verás incapacitado para poder trabajar, hay una serie de tratamientos que pueden paliar los síntomas y si sigues las indicaciones médicas, es una enfermedad que se cura en la mayoría de los casos.

Tratamientos recomendados para la epicondilitis:

  • Lo primero será realizar reposo, lo que suele implicar una baja laboral.
  • Medicamentos antiinflamatorios.
  • Realizar sesiones de fisioterapia si es necesario.
  • Utilizar hielo para reducir la inflamación.
  • En algunos casos puede llegar a requerir cirugía.

Si se siguen las indicaciones médicas, antes de volver a trabajar con normalidad necesitarás el alta médica, una vez recuperado, sin síntomas y con un examen médico para descartar que todavía persista.

Para evitar sufrir el codo de tenista, o al menos intentar retrasarlo lo máximo posible hay una serie de consejos que pueden ayudarte. Lo que sí te recomendamos es que consultes con tu médico, ya que depende del trabajo que tengas, los hábitos que lo provocan son diferentes. Pero para que tomes de ejemplo, te explicamos algunas recomendaciones.

En trabajos de oficina:

  • Si estás sentado, tener la espalda correctamente apoyada, con las piernas sin cruzar y tocando el suelo con los pies es la mejor postura.
  • Realiza pausas para realizar estiramientos con los brazos.
  • Utiliza un ratón con forma ergonómica para que sea más cómodo para todo el brazo.

En trabajos manuales donde utilizas la fuerza:

  • Separa las piernas hasta el ancho de los hombros, dobla las rodillas manteniendo la espalda recta y usa los músculos del estómago para hacer fuerza.
  • Si tienes que cargar, por ejemplo, ladrillos en bolsas que no sean cómodas, aplica hielo al final de la jornada y durante el trabajo estira los brazos e intenta cambiar de posición.

Para los deportistas profesionales:

  • Valora la frecuencia de tus entrenos, para adaptarlos.
  • Consulta con tu entrenador para ver si es posible realizar cambios en tu técnica.
  • El material que utilizas puede no ser el ideal para ti. Quizás cambiar, por ejemplo, el tamaño del mango de la raqueta pueda ayudarte a evitar los síntomas.
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¿cuáles son las mejores prácticas para prevenir la epicondilitis en el trabajo?

La epicondilitis como enfermedad profesional está muy extendida, debido principalmente al hecho de que es complicado corregir las posturas y gestos que favorecen su aparición.

En los cursos de prevención de riesgos laborales siempre se habla de la importancia de tener una buena postura, cargar peso de forma correcta, etc.

Desafortunadamente, aun así muchas personas siguen teniendo malos hábitos que perjudican a su salud. Aunque la empresa intente concienciar, son pequeños cambios que tienes que adaptar en tu día a día.

Un par de ejercicios que puedes realizar en el trabajo de forma diaria para prevenir la aparición del codo de tenista son los siguientes:

  • Estirar el antebrazo con la palma hacia arriba y con la otra, dobla los dedos hacia abajo durante unos 15 - 30 segundos y repítelo entre 2 y 4 veces por día.
  • Coger un objeto blando con la mano y apretarlo firmemente durante 5 segundos, luego sueltas y estira los dos. Repítelo 10 veces con cada mano y fortalecerás el antebrazo.

Por todo ello, es necesario que prestes atención a los riesgos laborales de las actividades que puedes llevar a cabo en tu día a día y, de este modo, poder prevenirlos.

En Randstad ofrecemos formación para identificar y gestionar riesgos laborales específicos en distintos sectores.