administrador de sistemas.

Un administrador de sistemas deberá:

• Instalar y configurar softwares y hardwares para el correcto desempeño de un entorno de trabajo en oficinas, administraciones públicas, empresas y otros sectores.
• Administrar los servidores de red y las herramientas tecnológicas, configurando las cuentas de todos los usuarios e integrantes de un equipo de trabajo.
• Supervisar el rendimiento de los sistemas que administra y ocuparse del mantenimiento correspondiente, solucionando problemas cada vez que sea preciso.
• Garantizar la seguridad a través de la gestión de controles de acceso, copias de seguridad, cortafuegos y antispyware.
• Actualizar los sistemas con nuevos lanzamientos y modelos.
• Desarrollar conocimientos especializados para dar formación e información al personal de la empresa en todo lo referente a las nuevas tecnologías.
• Establecer procedimientos y políticas de almacenamiento, conservación, recuperación y borrado.
• Estudiar las necesidades de la empresa o de la institución en donde trabaja y decidir qué dispositivos y equipos informáticos comprará y qué tipo de proyecto interno desarrollará.
• Dar de alta a nuevos usuarios con nuevas cuentas de e-mail, gestionar las cuentas de usuarios a través del restablecimiento de contraseñas, control de seguridad, virus, etc.
• Vigilar la seguridad del sistema informático de la empresa, impidiendo la injerencia de agentes externos que quieran acceder a la intranet y dañar la información que contiene.
• Planificar, coordinar e implementar medidas de seguridad en el sistema de conexión de la empresa.

El administrador de sistemas puede desempeñar sus funciones en cualquier tipo de empresa o institución del sector público o privado. En cualquier sitio en el que se necesite de software, hardware y de un buen sistema de conexión a internet es fundamental contar con un administrador de sistemas que garantice que todo funcione a la perfección. De tal manera que no puede concebirse un arquetipo de entorno laboral para este puesto de trabajo. Cualquier oficina es susceptible de contratar a un administrador de sistemas, por lo que las posibilidades de trabajo son innumerables.

Dentro de una empresa, el administrador de sistemas trabaja junto a un equipo de informáticos, técnicos y desarrolladores que se encargan, cada uno con su respectiva función, de que la conexión interna funcione de manera óptima y de que la página web de la empresa esté en las mejores condiciones. También mantiene comunicación directa con los responsables de cada departamento: jefe del equipo comercial, director de marketing, encargado del equipo de atención al cliente, SEO de la empresa o gerente...

En una oficina pública también puede trabajar como parte de un equipo similar al de una empresa privada, y está en contacto con el equipo de funcionarios, administrativos y personal que trabaja en ese lugar. Y, por supuesto, trabaja bajo la supervisión del jefe o de la persona encargada de dicha entidad.

Generalmente, el horario de trabajo de un administrador de sistemas está bastante pautado y se ajusta al horario habitual de las administraciones e instituciones públicas y las empresas privadas. Puede cubrir un horario de 8 a 15 horas, en caso de que realice jornada intensiva. O de 9 a 17 o 18 horas, si trabaja a jornada completa y con una hora para la comida.

Si hablamos de media jornada (lo que no es habitual, aunque existen algunos casos puntuales), el administrador de sistemas cumplirá un horario de mañanas o de tarde. En múltiples empresas y oficinas públicas, este profesional realiza guardias rotativas desde su casa y permanece atento al teléfono por si colapsa el sistema o se desencadena algún fallo técnico de gravedad que precise de una solución rápida.

Son muchas y muy variadas las opciones laborales con las que se encuentra un administrador de sistemas. Ya que su formación no se limita solo al mantenimiento de hardware y software sino que, además, tiene conocimientos de diseño web, gestión de redes y funcionamiento y mantenimiento de sistemas operativos, en general puede elegir dónde trabajar y obtener sueldos muy por encima de la media.

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