Happyshifting, porque la felicidad conduce al éxito
Cada vez son más las personas que no se conforman con el simple hecho de tener un trabajo. Las cosas están cambiando y los empleados buscan estar contentos y felices dentro de la empresa. Fruto de esta filosofía nace la tendencia Happyshifting, un movimiento surgido en el mundo laboral que considera que el trabajo no tiene por qué ser algo negativo, sino todo lo contrario. El happyshifter busca en su empleo un complemento que contribuya a su felicidad y en el que pueda aplicar todos sus conocimientos y habilidades.
Es un término acuñado por los españoles Daniel Lyons y Montse Ventosa en 2009, en el que se encuadra a todos aquellos empleados que ya no sueñan con establecerse durante toda la vida en una misma empresa. Este segmento de la población -generación de los 80 y 90- no busca el paternalismo empresarial que otorga estabilidad, sino encontrar un puesto afín a su personalidad y gustos para encontrar el bienestar. Un buen ambiente, el reconocimiento del trabajo bien hecho o un buen diseño de oficina, son requisitos que el happyshifter busca, en detrimento de un gran salario.
Pero, ¿cuáles son sus ventajas?
Son muchas las ventajas de practicar el happyshifting, tendencia en la que se ven beneficiados tanto el empleado como el empleador. Si bien cuando nació fue una actitud personal del trabajador, actualmente, ha comenzado a envolver a las empresas. Éstas se han percatado de que un buen ambiente de trabajo, la posibilidad de un horario flexible o la disposición de salas de descanso, aumentan el bienestar de la persona y, por ende, su productividad.
Como empresa, es importante buscar que el empleado se sienta feliz desempeñando su trabajo. El talento debe encontrar el equilibrio adecuado en su vida profesional y personal, sentirse parte importante de los proyectos más allá de su puesto, y tener una buena relación con los superiores y homólogos. Crear un ambiente basado en la solidaridad y eliminar la competencia negativa, son grandes retos a los que se enfrentan las compañías que buscan la comodidad de sus empleados.
Filosofía empresarial aplicable
El happyshifting es un movimiento completamente aplicable por las empresas que así lo decidan. Para desarrollarlo es preciso conocer el nuevo perfil de trabajador. Frente a las anteriores generaciones, que valoraban el vínculo con la empresa, los happyshifters se involucran solamente con proyectos a corto y medio plazo. Su sueño no es alcanzar un gran puesto tras una década de fidelidad en la empresa. Consideran que son los propietarios de su bienestar y felicidad, por lo que, si no están bien en un entorno de trabajo, intentarán cambiarlo o, simplemente, abandonarlo.
Existen muchos factores que fomentan el bienestar en el trabajo. Los happyshifters eligen ser felices porque disfrutan cada día de su labor profesional. Además, se preocupan por su desarrollo personal y profesional, y asumen la responsabilidad de lo que ocurre en su empleo.
Asimismo, valoran el feedback de sus encargados, ya que, de esta manera sienten valorado su trabajo y por tanto, aumenta su productividad. Los seguidores del movimiento happyshifting evitan la negatividad y buscan continuamente alicientes que les hagan sentir a gusto en su puesto de trabajo. El confort se consagra como uno de ellos.
La comodidad dentro del espacio de trabajo no es un exceso, sino una condición indispensable para lograr la máxima eficiencia. Por ello, las empresas han decidido invertir en el diseño de oficinas. Se consagran los espacios abiertos -que mejoran el feedback entre los empleados- con grandes ventanales que dejen entrar la luz. Colores claros en las paredes y algo de vegetación, suman para dar la sensación de un segundo hogar en el que los trabajadores estén a gusto trabajando.
También destacan las salas de recreo, que lejos de suponer una pérdida de tiempo para el trabajador, entraña una vía de escape para descansar la mente. Además, estos espacios sirven como entornos generadores de ideas, pues los empleados interactúan entre sí fomentando valores como la solidaridad, la empatía, o la resiliencia.
Decía Jean Paul Sartre que “la felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”, y no hay mejor manera de querer lo que uno hace que tener como premisa rutinaria la felicidad. Ésta conducirá al éxito de manera irremediable.
Y tú, ¿empleas el happyshifting en tu puesto de trabajo?