Mujer sonriente, trabajando en su ordenador en la oficina y mirando hacia otro lado. La pantalla de su ordenador muestra información financiera.

 

El término EBITDA proviene del inglés y significa "Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization", que en español se traduce como los beneficios brutos generados por una organización. Este indicador financiero no mide la liquidez ni el beneficio neto de un negocio, sino que sirve como herramienta de análisis para evaluar su salud financiera.

El EBITDA es útil para empresas de cualquier tamaño, desde pequeñas compañías hasta grandes corporaciones, ya que ofrece información valiosa sobre su capacidad para generar ingresos sin tener en cuenta factores como impuestos, intereses o depreciaciones.

Dado su impacto positivo en la gestión financiera, en Randstad te explicaremos qué es el EBITDA, cómo calcularlo y cómo interpretar sus resultados para aplicarlo de forma efectiva en tu empresa.

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qué es el EBITDA

El EBITDA es un indicador de gestión económica que refleja el beneficio bruto de explotación de una empresa, es decir, sus resultados económicos antes de descontar gastos como impuestos, intereses derivados de deudas, amortizaciones de inversiones y depreciaciones por deterioro.

Este indicador permite determinar si una organización es rentable, lo que se refleja en un EBITDA positivo, o si enfrenta pérdidas, indicadas por un EBITDA negativo.

Sin embargo, el EBITDA no debe ser utilizado de forma aislada para medir la salud financiera de una empresa. Es fundamental complementarlo con el análisis de valores contables y otros métodos de medición para obtener una visión completa de la viabilidad del negocio. Esto incluye evaluar la capacidad de generar ingresos y cumplir con obligaciones financieras.

Al excluir las variables posteriores al beneficio bruto, el EBITDA facilita la comparación entre empresas de distintos países, incluso si operan bajo sistemas fiscales diferentes, al centrarse únicamente en su capacidad para generar efectivo.

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por qué es importante medir el EBITDA

El EBITDA es clave para determinar la viabilidad del núcleo operativo de tu negocio, ya que analiza su rendimiento sin considerar factores monetarios externos. Un EBITDA positivo indica una base sólida, aunque será necesario complementarlo con otras métricas financieras para gestionar adecuadamente el resto de los gastos y garantizar el éxito empresarial.

Además, este indicador es valorado por instituciones financieras como los bancos, que lo utilizan para evaluar la solvencia de una empresa al considerar una solicitud de préstamo.

El EBITDA también facilita la comparación del desempeño de tu empresa frente a sus competidores, incluso si operan en diferentes países con normativas fiscales distintas.

Para analizar la rentabilidad de tu negocio en relación con sus ingresos, puedes calcular el margen EBITDA dividiendo el EBITDA entre los ingresos totales y multiplicando el resultado por 100 para obtener un porcentaje. Este cálculo ayuda a identificar si los costos están siendo gestionados de manera eficiente y proporciona una visión clara de la rentabilidad real de tu empresa.

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cómo calcular el EBITDA: fórmula y ejemplo

Antes de explicar cómo calcular el EBITDA, hay una serie de conceptos que es necesario entender y tener asimilados correctamente.

  • EBIT (Earnings Before Interest and Taxes): Se traduce como "Beneficios antes de intereses e impuestos". Representa el resultado económico de la empresa antes de descontar intereses e impuestos.
  • Amortizaciones: Es la pérdida de valor que experimentan los bienes de la empresa a lo largo de su vida útil.
  • Depreciación: Se refiere a la disminución del valor de los activos fijos, como maquinaria, instalaciones físicas u otros bienes necesarios para la operación de la empresa.
  • Provisiones: Es la cantidad económica que se destina para cubrir posibles gastos o pérdidas futuras. 

Una vez explicados brevemente estos conceptos, para calcular el EBITDA hay que obtener primero el EBIT, mediante la suma del beneficio neto + los intereses e impuestos. Una vez obtengamos el resultado, al EBIT hay que sumar la depreciación y la amortización

ejemplo de EBITDA

Para que sea más sencillo de entender, vamos a imaginar el siguiente ejemplo de EBITDA. Una empresa dedicada a la producción de materiales que cuenta con esta contabilidad:

  • 300.000 € euros de beneficio neto.
  • 50.000 € de intereses.
  • 75.000 € de impuestos, a hacer frente. 
  • 15.000 € de depreciación (pérdida de valor).
  • 10.000 € de amortización.
  • 1.500.000 € de ingresos totales.

Con estos datos, vamos a calcular el beneficio, antes de intereses e impuestos (EBIT).

  • EBIT:  300.000 + 50.000 + 75.000 = 425.000 / EBIT: Beneficio neto + intereses + impuestos.
  • EBITDA: 425.000 + 15.000 + 10.000 = 450.000 / EBITDA: EBIT + depreciación + amortización. 

Por lo tanto, el EBITDA de esta empresa es de 450.000 €, lo que refleja su capacidad para generar beneficios brutos sin considerar gastos financieros, depreciación o amortización.

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cómo se interpreta el resultado obtenido por el cálculo del EBITDA

Una vez calculado el EBITDA, es crucial interpretar sus resultados de manera adecuada, siempre en combinación con otros indicadores financieros para obtener una visión completa de la salud económica de la empresa.

 

comparación entre empresas

Si se desea realizar una comparativa, es importante que las empresas sean del mismo sector y tengan un tamaño similar o comparable. Esto garantiza que las conclusiones sean relevantes y precisas.

situaciones principales del EBITDA

  1. EBITDA positivo:
    Un resultado alto o positivo indica que la empresa genera beneficios a través de sus operaciones principales. Esto significa que mantiene un equilibrio saludable entre ingresos y gastos, demostrando su capacidad para operar de manera rentable.
  2. EBITDA negativo:
    Un EBITDA bajo o negativo refleja que los ingresos no son suficientes para cubrir las pérdidas. Sin embargo, este escenario puede ser común en fases iniciales de un proyecto o dependiendo del sector, donde las pérdidas temporales son habituales antes de alcanzar la rentabilidad.

interpretación adicional

Un EBITDA bajo puede ser un reflejo de problemas en la gestión empresarial o en la estructura de costos. En estos casos, es fundamental implementar nuevas estrategias que permitan corregir estas deficiencias y optimizar los recursos disponibles. Sin embargo, si este indicador se mantiene negativo durante un período prolongado, podría representar una señal de riesgo para la viabilidad financiera de la empresa. Esto podría indicar problemas más profundos en la estructura operativa o en la generación de ingresos sostenibles.

Por otro lado, el EBITDA puede actuar como una alerta temprana ante posibles problemas financieros. Al complementarse con otros indicadores económicos, permite identificar patrones negativos, tomar decisiones informadas y ajustar las estrategias necesarias para estabilizar las operaciones del negocio.

 

En definitiva, el EBITDA es una herramienta clave para evaluar la rentabilidad operativa de una empresa, facilitando la comparación de su desempeño con otras organizaciones de manera estandarizada. Sin embargo, este indicador no debe analizarse de forma aislada, sino en conjunto con otros análisis financieros para obtener una visión completa de la salud económica del negocio.

Al comprender e interpretar adecuadamente el EBITDA, las empresas pueden tomar decisiones estratégicas más sólidas, optimizar sus recursos y garantizar un crecimiento sostenible a largo plazo.