Cómo vencer el miedo en el trabajo
Es uno de los momentos más emocionantes de Coach Carter, película sobre un equipo de baloncesto de instituto protagonizada por Samuel L. Jackson: el entrenador Carter (Jackson) ha renunciado a su puesto después de que el consejo escolar decidiese terminar con el cese de la actividad del equipo, castigo impuesto por el entrenador a sus jugadores por sus malas calificaciones en el instituto.
Cuando va a recoger sus pertenencias al pabellón, Ken Carter se encuentra, sin previo aviso, a todos los miembros del equipo en medio de la cancha, sentados en su pupitre. Van a estudiar y mejorar sus notas para poder jugar.
Es aquí cuando uno de los jugadores más importantes del equipo, Cruz (Rick González), se levanta de su silla y pronuncia el siguiente discurso, extraído de un poema de la autora Marianne Williamson, sobre el verdadero origen de nuestros miedos internos, cómo liberarnos de ellos y los beneficios que nos puede aportar hacerlo.
Tener miedo es un problema enorme en nuestra vida personal, pero también en la vida laboral. Es habitual enfrentarse ante situaciones y sensaciones que se desconocen, o que pueden significar una amenaza, una situación de sufrimiento o un reto en el puesto de trabajo.
Miedos vinculados al empleo
El principal, es el trastorno vinculado al trabajo en sí, denominado ergofobia, pero hay otros tantos más circunstanciales y habituales: miedo a perder tu puesto, a no estar lo suficientemente preparado, a no poder completar las tareas asignadas, temor a tus superiores, a que tu trabajo te absorba, la constante preocupación por la competencia interna… son solo algunas de las coyunturas angustiosas con las que un trabajador/a puede lidiar.
‘Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerta desmesurada’
El mensaje de Cruz tiene la intención de darle la vuelta a lo que se identifica normalmente como fuentes del miedo de las personas, asociadas a atributos o situaciones negativas, y convertirlo en un miedo en positivo; se teme al potencial personal de cada uno (“nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada”), a las condiciones positivas que se poseen y que no se consiguen desarrollar. Planteado de esta manera, será más fácil superarlo.
Para poder vencer los miedos en el trabajo, el primer esfuerzo que hay que hacer es creer en uno mismo, en las capacidades y fortalezas que se poseen.
Si se ha alcanzado o se quiere alcanzar un determinado puesto, es por una razón; crecer y evolucionar diariamente es posible si se hacen las cosas de forma profesional, viviendo el día a día con decisión y confiando en las habilidades y competencias que se atesoran a lo largo del tiempo: “no hay nada inteligente en encogerse”.
‘No hay nada inteligente en encogerse’
Como dice el discurso, también es decisivo no dejarse influenciar demasiado por determinados entornos no favorables, como puede ser un ambiente de trabajo hostil, y tener claro hacia dónde hay que dirigirse para poder “brillar”.
Si se sabe con seguridad la razón por la que se actúa y si se es consciente del esfuerzo que una determinada actividad ha ocasionado, la seguridad en uno mismo debe afianzarse, ayudando al posicionamiento dentro de la compañía.
Estas elecciones, además, ayudan a las personas que están alrededor nuestro a deshacerse de sus propios miedos (“al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros”) y así se crean vínculos de afinidad entre los integrantes de un grupo.
Estas nuevas conexiones mejoran el trabajo en equipo, uno de los principales caminos hacia el éxito en el trabajo.
¿Qué tipo de miedos tienes en el terreno laboral? ¿Siempre has tenido éstos temores o se ven incrementados por la edad? ¿Sabes cómo enfrentarte a ellos? ¡Confía en ti mismo!