Idiomas, una tarea pendiente

Actualmente, el idioma más demandado por las empresas sigue siendo el inglés; el alto número de nativos angloparlantes (375 millones) y, sobre todo, la enorme penetración que tiene a nivel mundial (Statista contabiliza 1.500 millones de personas que hablan inglés en el mundo) como lengua de encuentro entre personas de distintas nacionalidades, hacen de este idioma el principal instrumento de comunicación global.

Una forma alternativa y reciente de comprobar su indiscutible supremacía es analizar su uso en Internet: según los datos ofrecidos por la UNESCO extraídos de la Iniciativa B@bel, el 72% de todos los contenidos de la web están escritos en inglés.

El conocimiento y dominio de la lengua inglesa es básico en casi todos los sectores profesionales, pero es un atractivo que distingue, especialmente, a los profesionales del mundo financiero.

Alemania, líder económico europeo, ofrece muchas opciones laborales y de emprendimiento; el alemán, entre las diez lenguas con más hablantes del mundo, es, por tanto, un valor en alza para muchos estudiantes de idiomas.

Un estudio de Randstad Professionals de 2014, daba la categoría de básico, junto al inglés, a esta lengua en la mayoría de perfiles cualificados analizados para trabajar en el extranjero.

Hay que tener en cuenta que el alemán, principalmente por la inversión que realizan desde el país, tiene una enorme presencia también en el mundo científico y el de la investigación.

Además, también puede ser útil y una ventaja para trabajar en países hispanoablantes: es una ventaja para optar a puestos de trabajo en las principales filiales de multinacionales alemanas (por ejemplo, Siemens, Adidas o Bosch).

El japonés es otro idioma con interesantes alicientes en el mercado laboral. Hay que destacar primero su presencia en el mundo: lo hablan más de 255 millones de personas, colocándose como el segundo idioma más importante en Asia.

Su principal activo se encuentra, obviamente, en su país de origen, Japón. Se trata de la tercera potencia mundial en PIB, y sus empresas son líderes a nivel tecnológico o automovilístico.

Siendo extranjero, si se conoce su idioma y su cultura, es sencillo introducirse en el mercado de trabajo nipón y poder acceder a sus altos sueldos (el salario medio está en 2.072 euros, según el Ministerio de Trabajo). Cada vez más compañías vinculadas a la tecnología valoran el conocimiento del japonés entre sus empleados.

Según el Banco Mundial, Rusia es la primera economía de Europa y la quinta del mundo; se trata, sin duda, de un mercado emergente y con un enorme potencial para el futuro en los sectores de la energía y manufactura, fundamentalmente.

No hay que olvidar que hay 440 millones de personas que lo hablan en el planeta. Disponer de un nivel básico de ruso es un valor añadido para emprender negocios con empresas nacionales o para abrirse puertas en un país con una tasa de desempleo muy baja.

Aunque pueda parecer poco relevante, el portugués es también una lengua de economías en expansión. Dominarlo abre las puertas a un amplio abanico de oportunidades laborales en Brasil, considerada la sexta economía a nivel mundial.

El país sudamericano dispone, por tanto, de muchas posibilidades de desarrollo económico y requiere de trabajadores extranjeros para llevar a cabo una modernización del estado. Otros países como Cabo Verde o Angola también emplean esta lengua.

La comunicación con redes exteriores, la atracción de potenciales clientes o la flexibilidad de traslados internacionales son solo algunas de las múltiples ventajas a nivel profesional que los idiomas brindan a quienes los dominan y conocen su cultura asociada, y por eso son requisitos altamente valorados por las compañías.

Los beneficios a nivel personal también son destacados: su aprendizaje es una excelente forma de ejercitar el cerebro, te hará disfrutar más de los viajes, entender otras culturas e interactuar con otras personas.