Descubre cómo convertirte en un profesional Agile

Flexibilidad y una gran implicación de las personas. Así es Agile, la forma de pensar y de concebir los procesos productivos que cada vez adoptan más organizaciones. Según el informe de la asociación Business Agility Corporation, el 70 % de las grandes empresas españolas han adoptado Agile como guía por defecto en su forma de trabajo, por lo que estar familiarizado con esta filosofía te aportará un valor diferencial y multiplicará tus posibilidades de crecer profesionalmente.

¿En qué consiste Agile?

Resulta común oír hablar de la “metodología Agile”, pero la realidad es que Agile, por sí misma, no es una metodología. Es la base filosófica que está revolucionando la cultura corporativa de innumerables organizaciones, si bien es cierto que sobre ella se han construido nuevos métodos de trabajo que han optimizado los procesos productivos y que popularmente son conocidos como “metodologías ágiles”.

Aunque el origen de Agile reside en el ámbito del desarrollo de software, sus valores y principios han conquistado a empresas de toda clase de sectores: tecnológicas, banca, e-commerce, aseguradoras, etc.

Pero… ¿qué es lo que tiene Agile para haber logrado esta gran acogida?

• Prioriza las interacciones de las personas, el valor humano es el pilar fundamental, el factor decisivo para lograr el éxito de cualquier proyecto.
• Se trabaja sobre los resultados que se van obteniendo, lo que permite superar las limitaciones de la documentación exhaustiva.
• Promueve el contacto directo con el cliente, una colaboración y conversación constante para lograr satisfacer siempre sus necesidades.
• Permite una gran capacidad de respuesta ante cualquier cambio o imprevisto.

Agile promueve el trabajo en equipo a la par que la autonomía y la autosuficiencia, fomenta el compromiso y el sentimiento de pertenencia. Apuesta por un modelo de relaciones humanas más horizontales, en el que todas las personas son valiosas y pueden hacer grandes aportaciones.

Metodologías de trabajo basadas en Agile

La filosofía Agile abrió el camino para generar frameworks que se nutren de sus valores y principios y se caracterizan por su versatilidad y flexibilidad. Entre los más conocidos y utilizados se encuentran Scrum y Kanban:

• Scrum: es el framework más popular, especialmente indicado para proyectos largos y complejos. El trabajo se organiza de forma secuencial. En lugar de basar el desarrollo en una única entrega final, se fragmenta en bloques con entregas parciales. Cada secuencia se denomina sprint, y cada sprint es un paso más hacia el resultado final.

Esta forma de trabajar es posible gracias a la definición de diversos roles, de los que te hablamos en este artículo. Su coordinación es la garantía del éxito y por ello las reuniones son el eje de este marco de trabajo. La comunicación entre todas las personas que forman parte del proyecto es imprescindible para avanzar siempre hacia los resultados esperados.

• Kanban: su objetivo es gestionar la organización de las tareas de una forma muy visual, de hecho, el término “Kanban” es japonés y significa “tarjetas visuales”. La herramienta central en esta metodología es una pizarra dividida en columnas, que representan las fases en las que se divide el proyecto. Las tarjetas de colores, utilizadas como notas adhesivas, representan cada tarea y se ubican en la pizarra en el lugar correspondiente según la fase en la que se encuentren.

La mayor virtud de esta metodología es que permite visualizar en todo momento cuál es la situación del proyecto y orientar las acciones para mejorar el desarrollo.

• Scrumban: cuando se combinan las mejores cualidades de ambos métodos, nace Scrumban, que persigue una progresión constante en la eficiencia de los procesos. Sigue las pautas, valores y roles Scrum y adopta el apoyo de un tablero Kanban, para disponer de un control absoluto y muy visual sobre el workflow.