tabla de contenidos
  1. panorama actual de la movilidad eléctrica
  2. retos en la infraestructura para la movilidad eléctrica
  3. oportunidades para impulsar la infraestructura de movilidad eléctrica

Mujer de pie consultando su móvil mientras carga su vehículo eléctrico en una estación de recarga.

 

La movilidad eléctrica se ha convertido en un símbolo de la transición hacia un futuro más sostenible. Más que una tendencia, representa un compromiso global para reducir las emisiones contaminantes y reimaginar el transporte eléctrico. Pero, ¿qué hace falta para que esta revolución sea realmente accesible para todos? En Randstad analizamos los retos más urgentes y las grandes oportunidades que ofrece la infraestructura de la movilidad eléctrica para convertir este modelo en el estándar del mañana.

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panorama actual de la movilidad eléctrica

España ha dado un paso importante en la movilidad eléctrica, con la instalación de 3.276 nuevos puntos de recarga de acceso público en el segundo trimestre de 2024. Con esta incorporación, se suma un total de 35.698 puntos, según los datos extraídos del último Barómetro de la Electromovilidad publicado por ANFAC. Sin embargo, el 20% de estos puntos se encuentran inoperativos debido a averías o problemas de conexión.

El informe también revela que solo el 29% de los puntos de recarga tiene potencias superiores a 22 kW, lejos del objetivo del 51 % establecido por ANFAC. Esta limitación afecta particularmente al transporte interurbano y pesado, donde los largos tiempos de carga dificultan su adopción. Estos desafíos son el puente que la movilidad eléctrica necesita cruzar para ser realmente práctica y accesible para todos.

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retos en la infraestructura para la movilidad eléctrica

A pesar del aumento en el número de vehículos eléctricos, la red de recarga sigue siendo insuficiente, y problemas como los que acabamos de mencionar complican su expansión.

Aquí te contamos los retos más importantes que deben superarse para que la movilidad eléctrica pueda convertirse en una realidad al alcance de todo el mundo.

 

insuficiencia de puntos de recarga

Uno de los mayores frenos para la movilidad eléctrica es la falta de puntos de recarga operativos. Aunque cada vez vemos más estaciones en las ciudades, aún están lejos de ser todas las que se necesitan, especialmente en zonas rurales o localidades pequeñas. Esta situación deja a los conductores con dudas, porque antes de dar el salto a la electromovilidad necesitan tener la seguridad de que podrán recargar sus vehículos siempre que lo necesiten.

 

estándares y compatibilidad de sistemas de carga

Otro desafío en la movilidad eléctrica es la variedad de sistemas de carga. Cada fabricante utiliza conectores y protocolos diferentes, lo que puede ser un quebradero de cabeza para los usuarios. Esta falta de estandarización dificulta que los puntos de recarga sean compatibles entre sí, lo que termina desmotivando a muchos a optar por el transporte eléctrico. Para evitarlo, se necesita una inversión sólida en la modernización de la red, que incluya, a ser posible, la incorporación de fuentes de energía renovable. 

 

capacidad de la red eléctrica

La rápida adopción de vehículos eléctricos está poniendo en jaque a la red eléctrica. Y es que, según el Barómetro de la Electromovilidad publicado de ANFAC, solo de enero a junio de 2024 se sumaron 55.892 turismos electrificados. Así las cosas, en la actualidad España cuenta con 150.000 vehículos eléctricos en circulación, que pueden acceder a un total de 35.698 puntos de recarga (datos de junio de 2024).

A esta cifra limitada tenemos que añadir el hecho de que los puntos de recarga ultrarrápida aún son insuficientes: contamos con un total de 2.412 puntos, una cuota del 6,7%, que permiten a los usuarios cargar sus vehículos en un tiempo similar a lo que lleva repostar un vehículo de combustión.

 

costes de implementación y mantenimiento

Pasarse a la movilidad eléctrica requiere una inversión inicial en puntos de recarga y vehículos, pero a la larga, el ahorro compensa con creces. Los coches eléctricos necesitan menos mantenimiento que los de combustión, y la electricidad suele ser más barata que la gasolina o el diésel, lo que se traduce en un menor gasto también por esa parte. Al final, no solo se mejora la eficiencia, también se gana competitividad en el mercado.

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oportunidades para impulsar la infraestructura de movilidad eléctrica

Los desafíos de la movilidad eléctrica son claros, pero las oportunidades para mejorar su infraestructura son enormes. La clave está en hacer los puntos de recarga más accesibles y eficientes, haciendo uso de las últimas tecnologías y de políticas públicas. Con estos avances, la adopción del transporte eléctrico puede crecer a pasos agigantados.

 

energías renovables al servicio de la movilidad

Incorporar fuentes renovables como la energía solar o eólica en las estaciones de recarga es una estrategia perfecta para reducir emisiones de carbono y depender menos de los combustibles fósiles. Al final, darle la bienvenida a las energías renovables y a estos sistemas más eficientes no solo es bueno para el medio ambiente, sino también para nuestro bolsillo. Estamos hablando de un futuro más sostenible, pero también mucho más cómodo y con menos costes en el largo plazo.

 

desarrollo de tecnologías de carga rápida y ultrarrápida

La carga rápida y ultrarrápida es un elemento esencial para hacer más práctico el uso de vehículos eléctricos, especialmente en trayectos largos. En los puntos de recarga de hasta 22 kW, los tiempos de carga varían entre 19 horas y 3 horas; mientras que en los puntos con potencias de hasta 50 kW, se pueden recargar en un rango de 1:20 horas a 3 horas. La mejora significativa, sin embargo, llega con las estaciones de recarga de hasta 150 kW, en las que el tiempo de carga se reduce a solo un periodo de entre 40 y 27 minutos.

La parte negativa es que su implementación necesita inversiones importantes y una red eléctrica más robusta que la que tenemos en la actualidad, por lo que aún queda camino por recorrer para convertir esta visión en una realidad.

 

implementación de soluciones de carga inteligente

La carga inteligente puede ser una gran oportunidad para mejorar la infraestructura de movilidad eléctrica. Estas tecnologías ajustan la carga según la demanda de la red o las tarifas en tiempo real, lo que ayuda a los usuarios a ahorrar dinero, al mismo tiempo que se alivia un poco de presión sobre la red eléctrica. 

Los sistemas de carga inteligente, además, encajan perfectamente con energías renovables como la solar o la eólica, y les permiten cargar los vehículos en los momentos en que estas fuentes están más disponibles. 

 

políticas gubernamentales y subvenciones

El impulso de la movilidad eléctrica depende en gran medida de las políticas públicas y de los incentivos económicos que puedan fomentar su adopción. En España, los planes del gobierno como el Plan MOVES III han destinado subvenciones directas para la compra de vehículos eléctricos y la instalación de puntos de recarga, lo que ha cubierto hasta el 70% del coste en algunos casos. El objetivo de estas medidas es eliminar las barreras económicas iniciales y dar un empujón a la transición hacia un transporte más sostenible.

 

La movilidad eléctrica ya no es una idea lejana, es una realidad que está cambiando el transporte. Sí, todavía hay retos como la infraestructura y los costes iniciales, pero las oportunidades para innovar y transformar el transporte son inmensas. Con más tecnologías inteligentes, políticas de apoyo y el impulso de las energías renovables, estamos avanzando hacia un modelo más accesible, eficiente y sostenible para todos.

En Randstad, ayudamos a las empresas del sector automoción a encontrar profesionales especializados y adaptados a las demandas de la movilidad eléctrica, impulsando así un futuro más eficiente, accesible y sostenible para todos.