La revolución tecnológica del sector retail, el reto pendiente.
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Ya hablamos en un artículo anterior acerca de los cinco retos que el sector retail, clave en la economía española, debería apuntar en su lista de obligaciones de cara a mejorar sus datos en este año 2022. Centrándonos ahora en uno de estos retos que, desde Randstad, empresa de recursos humanos número 1 en España y en el mundo, queremos hacer hincapié en la tecnología y las posibilidades que pueden mejorarse para generar mayores beneficios.
Pieza clave es la omnicanalidad. Ya ha quedado anticuado que la única forma de adquirir productos sea a través de la tienda física, pese al encanto que aporta el poder tocar y comprobar por uno mismo la fiabilidad de dicho producto. Es eso por lo que, actualmente, las marcas apuestan por canales digitales, ya que se han convertido en el medio preferido para conectar con los consumidores. Pero no hablamos solo de la compraventa, porque el sector contiene muchas otras formas de ganar beneficios, como es la publicidad. También aquí entra en juego la omnicanalidad. Ya no es tan importante invertir en televisión o en la vía pública, de hecho, las empresas invierten cada vez más en marketing digital y en las redes sociales.
La incorporación de la tecnología y la inteligencia artificial en el proceso de venta van a dar lugar a la creación de más tiendas inteligentes, en las que los usuarios podrán adquirir los productos en lugares sin personal y sin tener que pagar por caja, pagando directamente con tarjeta. Esto tiene sus luces y sus sombras, mientras esta estrategia permitirá al retail competir con los gigantes del comercio electrónico, se eliminarán algunos puestos de empleo. Esto no significa que haya menos oferta de trabajo, sino que cambiarán los perfiles más demandados, pues se apostará por el talento tecnológico también en el retail y, además, se priorizarán las habilidades de comunicación en la compraventa con los consumidores por distintos canales, no solo el cara a cara.
También en relación con la omnicanalidad, se encuentra el boom de las tiendas “de experiencias”, capaces de combinar el mundo físico y el digital. De esta forma, los centros comerciales dejarán de ser lugares de paso y se consolidarán como puntos de encuentro con diferentes espectáculos que buscarán atraer público a la tienda y crear un vínculo entre negocio y consumidor.
Aunque las tiendas físicas siguen teniendo buena acogida, los consumidores quieren una experiencia memorable y sin fricciones, donde el digital jugará un papel fundamental.
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